Luger to the talent of the tiger
El talento del tigre estalla en el segundo en que está a un segundo de la yugular de su víctima. Hasta entonces podría formar parte de la galería de las puertas por abrir, o del silencio, porque el tigre no es ni el felino más rápido ni el rey de la sabana, ni siquiera está en suficiente peligro de extinción como para tener la especialidad de los días de verano con lluvia. El talento del tigre, que aniquila el instante en el que está a las puertas de matar y así cerrar las puertas, descansa lo que queda del día en la parte de atrás de la córnea, de la misma manera que lo hace un el diccionario de un poeta, siempre con una palabra detrás de los ojos, esperando verse atravesada por una bala para explotar hasta la boca. Por eso ansío besarte 9mm parabellum: para que me revientes.